BIM sigue siendo un desconocido para el sector de la construcción
BIM ya no es una novedad. Hace ya unos cinco años que asistí por primera vez a unas jornadas sobre BIM y han pasado cuatro años desde que se publicaron las dos partes de la norma UNE-EN ISO 19650, Organización y digitalización de la información en obras de edificación y de ingeniería civil que utilizan BIM. Gestión de la información al utilizar BIM (Julio de 2019).
Sin embargo, pese al tiempo transcurrido y a la importancia de BIM para el sector de la construcción, creo que no se ha avanzado mucho. En mi opinión, se publican muchos documentos, artículos, planes, etc., con contenidos muy genéricos que no están ayudando a clarificar conceptos esenciales para adentrarse en el mundo BIM.
Una de las “vías falsas” que actúa como un espejismo es suponer que el corazón de la “metodología” BIM, como acostumbran a llamarla, es la creación y el manejo de los modelos o gemelos digitales. En consecuencia, va calando la idea de que habremos resuelto el problema cuando entendamos de modelos 3D.
Es más, en algunos artículos referidos a BIM se promete una importante mejora de la calidad de los proyectos o las obras e incluso he llegado a leer que se logrará una mayor sostenibilidad en el sector. Sería lo mismo que afirmar que si escribimos con un procesador de textos, vamos a redactar magníficos artículos… y ya sabemos que no es así.
Uno de los aspectos confusos a los que me refiero es el papel del BIM manager en la gestión de proyectos, obras y operaciones de los activos.
¿Qué hace un BIM manager?
Atribuir al BIM manager el éxito de la gestión de un proyecto es una consecuencia más de la confusión conceptual que se percibe alrededor de BIM y de las falsas esperanzas en que todo va a mejorar cuando se emplee esta “metodología”.
En primer lugar, debiéramos aclarar que BIM no es una metodología. Una metodología es un “sistema de prácticas, técnicas, procedimientos y reglas utilizado por quienes trabajan en una disciplina determinada” (PMBOK). En definitiva, es una manera determinada de llevar a cabo una tarea de un ámbito de gestión determinado. BIM se puede entender como un conjunto de conceptos y procesos que permiten desarrollar metodologías para la gestión de la información.
Por ejemplo, podremos saber mucho y tener muy claros los conceptos de cálculo de estructuras, pero no es suficiente para aplicarlo a un proyecto. Debemos desarrollar una metodología disponiendo de programas de cálculo específicos y de procedimientos para su uso, desarrollando detalles constructivos, plantillas, modelos de cálculo, etc.
En el caso de BIM, la metodología que hay que desarrollar se refiere exclusivamente a la disciplina denominada gestión de la información. Es una de las que intervienen en la gestión de un proyecto, pero que no es la única ni necesariamente la más importante.
Por lo tanto, contar con un BIM manager significa que tendremos un responsable de la gestión de la información. Ni más ni menos. Poco o nada tiene que decir en relación con la producción “técnica” de la información o lo que es lo mismo, con la gestión de las demás disciplinas que interviene en un proyecto y, en definitiva, en la consecución de un grado adecuado de la calidad.
Funciones del BIM manager y del Project manager en la dirección de un proyecto u obra
Para entender el papel que juega BIM, y por lo tanto la gestión de la información, en nuestro trabajo debiéramos analizar nuestro desempeño profesional desde una óptica poco convencional y no muy intuitiva: la de la dirección de proyectos.
La dirección de proyectos tampoco es una metodología; es la “aplicación de conocimientos, habilidades, herramientas y técnicas a actividades del proyecto para cumplir con los requisitos del proyecto” (PMBOK). Para ello se han desarrollado estándares y normas en los que se vuelcan las buenas prácticas reconocidas internacionalmente.
Cualquier estándar de dirección de proyectos se basa en un enfoque de procesos que se organizan en áreas de conocimiento o disciplinas. En la siguiente tabla se muestran los diferentes grupos de procesos organizados por disciplinas. Muchas nos resultan familiares: calidad, medioambiente, contratos, etc.
Una característica básica de la dirección de proyectos es que todas las áreas de conocimiento o disciplinas son objeto de planificación. A estos planes se les denominan planes de gestión subsidiarios y se agrupan en el área de gestión de integración, que es la que equilibra todos los planes y que es responsabilidad del director del proyecto, jefe de obra o project manager. El Plan de Ejecución BIM no es ni más ni menos que un plan de gestión subsidiario que se debe integrar en el plan de gestión del proyecto o de la obra.
En consecuencia, las labores del “BIM manager“, igual que las del “cost manager”, del “quality manager”, del “contract manager”, etc., se refieren a una disciplina determinada y, por lo tanto, están supeditadas a la función del “project manager” (director de proyecto, jefe de obra, en función de la organización que consideremos).
BIM y dirección de proyectos según la ISO 19650
El planteamiento de los apartados anteriores se basa en la ISO 19650, que plantea BIM con un subconjunto de procesos de la dirección de proyectos, y a éstos como una parte de la gestión de la organización.
En la siguiente gráfica, extraída de la citada norma, se muestra esquemáticamente esta idea fundamental, que se articula en la aplicación sucesiva de diferentes estándares o normas: ISO 9001 (calidad), ISO 21500 (dirección de proyectos) e ISO 19650 (gestión de la información).
Por lo tanto, para entender el papel que juega BIM en la gestión de los proyectos o de las obras es imprescindible tener conocimientos y experiencia en la aplicación de estándares de dirección de proyectos. Sobre esta base se podrán desplegar adecuadamente las directrices y requisitos derivados de la ISO 19650, dedicada específicamente a BIM. Esto nos lleva, por ejemplo, a comprender el papel de un BIM manager.
La mala noticia es que la práctica del trabajo no asegura el conocimiento de estos conceptos y que su estudio no tiene el glamour de la modelización 3D. Sin embargo, merece la pena el esfuerzo.