[# 15] LA CALIDAD PARA EL CONTRATISTA DE OBRAS

¿Alguien ha encontrado las palabras PAC o Plan de Aseguramiento de la Calidad en las normas ISO 9001?

En la ejecución de una obra intervienen muchos agentes en diferentes momentos y con distintos grados de influencia. De todos ellos, el contratista es el único que materializa el objeto del contrato, el que da forma a la obra. Esto le otorga un protagonismo muy importante, pero no único, en el resultado final.

El objetivo principal del contratista, como la de cualquier empresa, es ganar dinero. Debe cumplir el contrato, pero maximizando la satisfacción del cliente, o lo que es lo mismo: logrando el mayor grado de calidad posible.

Habitualmente las empresas de cualquier sector, incluido el de la construcción, adoptan un sistema de gestión, una manera de organizarse y de trabajar, para generar la confianza de que se lograrán los objetivos. Esto lo acreditan mediante certificaciones como la conocida ISO 9001.

En este post vamos a tratar cómo perciben las direcciones de obra las ventajas de estos sistemas de gestión normalizados. Resaltaremos los principales componentes de un sistema de gestión de un contratista certificado en la ISO 9001 y cómo éste debe adaptarse a las características de cada obra, esto es, a la producción de resultados únicos.

¿CÓMO PERCIBEN LOS DIRECTORES DE OBRA LOS SISTEMAS DE CALIDAD DE LOS CONTRATISTAS?

La dirección de obra no puede ser ajena al sistema de gestión del contratista. Debe conocerlo y basar la supervisión de la obra en las acciones y resultados previstos en él. Recíprocamente, el contratista debe incorporar para cada obra los requisitos de la dirección de obra, entre otros.

Debemos preguntarnos, entonces, si los directores de obra sabemos lo suficiente sobre gestión de la calidad como para analizar la idoneidad de la gestión prevista por el contratista y para aportar los requisitos o expectativas de cada obra.

No me he dedicado a formular esta pregunta a mis compañeros ni tampoco he tenido acceso a ninguna encuesta sobre esta materia. Sin embargo, me atrevo a afirmar que generalmente no damos relevancia los sistemas de gestión de los contratistas, más allá de los contenidos del los PPIs y de los ensayos de control que nos propongan.

Y es que la gestión de la calidad es relativamente reciente. La primera norma ISO 9001 se publicó en 1987 y creo recordar que los sistemas de calidad se empezaron a valorar en las licitaciones a finales de los años 90. Posteriormente se dejó de considerar un criterio de valoración, para convertirlo en un requisito: el contratista debía estar certificado según la ISO 9001 para poder licitar. Tengo que reconocer que mi formación en esa materia era nula y que no me parecía un tema relevante.

Creo que el sentir general de los directores de obra es que los sistemas de calidad son un aparato burocrático que adoptan las empresas, que obliga a los jefes de obra y a sus equipos a cubrir infinidad de papeles y a desaparecer periódicamente, cuando se someten a auditorias.

Quizás lo único medianamente tangible que apreciamos es el mal llamado Plan de Aseguramiento de la Calidad, el PAC. Suele ser un documento extenso, del que podemos destacar sus procedimientos de compra, los PPIs, procedimientos de ejecución, etc. En definitiva, los sistemas de calidad de los contratistas no aumentan nuestra confianza en el éxito de nuestras obras.

Un buen indicador de la importancia que le damos al sistema de gestión de la empresa, que se resume en el PAC, es preguntarnos cuántos hemos leído y si realmente los empleamos para la gestión de la obra. Ya me diréis.

¿COMO SE DEBIERA ORGANIZAR LA GESTIÓN DE UNA OBRA SEGÚN LA ISO 9001?

Esta es una pregunta trampa: la ISO 9001 establece los requisitos de los sistemas de gestión; no entra, ni por asomo, en cómo llevar a cabo las actividades.

Una opinión tan extendida como poco fundada es que los sistemas de calidad están pensados para la industria, para los procesos repetitivos. Creemos, por lo tanto, que el sector de la construcción es tan especial que no puede ser objeto de una gestión de esta naturaleza.

Es más, nos confirmamos en este prejuicio cuando constatamos que empresas que tienen su sistema de gestión certificado de acuerdo con la ISO 9001 realizan obras con escaso orden y calidad.

Hace unos 15 años, desde mi ignorancia, me rebelé furibundamente contra un jefe de calidad que quería desplegar la ISO 9001 en la organización dónde yo trabajaba. Como pasa siempre en las controversias, creo que tenía parte de razón y me hizo cuestionar mis firmes creencias, en absoluto acertadas.

Figura 1. La Dirección de proyectos es la pieza clave que permite aplicar los sistemas de gestión basados en la ISO 9001 a las empresas del sector de la construcción

En las empresas que realizan trabajos repetitivos, los procesos operativos (que son los relacionados directamente con el producto de su actividad) se definen con procesos y procedimientos. Cuando se incorpora un trabajador a la empresa, ahí está reflejado lo que se espera de su desempeño. Esto no sucede si se incorpora a una obra, ya que los procedimientos necesitan particularizarse.

Para empezar a entender cómo se aplica la ISO 9001 a una empresa del sector de la construcción, podemos leer los requisitos contenidos en el apartado 8.1 Planificación y control operacional de la ISO 9001, que dice así:

La organización debe planificar, implementar y controlar los procesos necesarios para cumplir los requisitos para la provisión de productos y servicios…

De entrada, esto no nos dice mucho, pero en la publicación Guía práctica de aplicación de la ISO 9001:2015 de AENOR , cuando comenta el requisito 8.1 de la ISO, los hace en un apartado con un revelador título; “¿Y si nuestra actividad no es repetitiva? La gestión por proyectos.

Pues eso, nos dicen que es necesario particularizar la gestión de la empresa a cada caso concreto, a cada obra, empleando las técnicas y las herramientas de la Dirección de proyectos y hacen referencia al PMBOK y a la ISO 10006, Directrices para la gestión de la calidad en proyectos. En mi descargo, tengo que decir que el jefe de calidad al que hice referencia anteriormente desconocía totalmente esa disciplina. me faltaba esa pieza para entenderlo.

La particularización comienza, por ejemplo, incorporando los requisitos del cliente, incluyendo los de la dirección facultativa, mediante procesos concretos. También se debieran desarrollar los procesos constructivos a partir de la particularización en el tiempo y en espacio de la obra los procedimientos genéricos de ejecución, etc.

En la siguiente figura se representa esquemáticamente un mapa de procesos de una empresa constructora, en el que se refleja la posición de los procesos de dirección de proyectos, que requiere redactar un plan de gestión para cada obra.

Figura 2. Mapa genérico de procesos de un contratista de obras. Incluye el desarrollo de los procesos operativos de acuerdo a normas o estándares de Dirección de proyectos

De cualquier forma, tanto la ISO como la Dirección de proyectos tienen un marcado carácter predictivo, que es aconsejable adaptar al corto plazo de las obras mediante técnicas de planificación gradual o metodologías Ágiles, como las que aplican algunas empresas contratistas, como podéis ver, por ejemplo, en el sistema MasterPlan empleado por el Grupo Rover.

Y entonces formulo una pregunta clave: ¿cuántos responsables técnicos, jefes de obra, directores de obra, etc, tienen los conocimientos y las habilidades necesarias para aplicar la Dirección de proyectos en su trabajo? Creo que no muchos, y eso se debiera mejorar si se quiere cerrar el círculo de la gestión de la calidad propuesta por la ISO 9001 a las empresas de nuestro sector.

¿QUIÉN HA DICHO PAC?

Si alguna vez os da por leer las normas ISO de la serie 9000, os daréis cuenta de algo realmente sorprendente: no se prevé ningún documento llamado Plan de Aseguramiento de la Calidad. Estas normas y otros estándares, como el PMBOK, definen el aseguramiento de la calidad, pero nunca plantean elaborar un documento con ese nombre. ¿Pero, ¡quién lo habrá inventado entonces!, me pregunto?

El aseguramiento de la calidad, dice la ISO 9000, “es la parte de la gestión de la calidad orientada a proporcionar confianza en que se cumplirán los objetivos de la calidad”. Esta misma norma habla del Plan de la calidad y del Plan de gestión del proyecto (en nuestro caso, Plan de gestión de la obra)

El Plan de la calidad es “la especificación de los procedimientos y recursos asociados a aplicar, cuándo deben aplicarse y quién debe aplicarlos a un objeto específico”.

Como la mayoría de las definiciones de las normas, es necesaria una cierta labor de exégesis para sacarle todo el partido. Si os quedáis con la parte final, parece claro que cada obra debe tener un plan de la calidad.

Ahora bien, ¿por qué planificamos la calidad y no la gestión de la información, o el cronograma, o los costes, etc? Creo que nadie puede dudar que es necesario prever cómo vamos a gestionar no solo la calidad, si no las diferentes disciplinas y anticipar cómo se relacionan entre ellas. A eso se le denomina Plan de gestión de la obra … ¡y no, PAC!

El Plan de gestión del proyecto, dice la ISO 9000, “especifica qué es necesario para cumplir los objetivos del proyecto”. Más adelante indica que “ […] el plan de gestión del proyecto también incluye o hace referencia a otros planes como aquellos relativos a la estructuras de la organización, los recursos, el calendario, el presupuesto, la gestión del riesgo, la gestión ambiental, la gestión de la seguridad y salud y la gestión de la seguridad, según sea apropiado”.

Este mismo planteamiento lo incorpora el PMBOK, que define concretamente qué planes subsidiarios integran el Plan de gestión del proyecto. Y es que no tiene mucho sentido hablar de seguridad y salud ni de gestión ambiental, por ejemplo, sin contar con los procedimientos y los procesos constructivos particularizados para nuestra obra, ni de una Estructura de Desglose del Trabajo (EDT) que vincule todas las áreas de conocimiento o disciplinas .

Figura 3. Planes subsidiarios que configuran el Plan de gestión de una obra, según PMBOK. Se muestran los planes más habituales (calidad, seguridad y salud y medio ambiente) y la situación del Plan de Ejecución BIM, como una parte más del Plan de gestión.

En resumen, el aseguramiento de la calidad no se planifica, sí la calidad y las demás disciplinas (medio ambiente, seguridad y salud, etc), que han de estar integradas en el Plan de gestión de la obra. Como veremos en el siguiente post, este plan debe ser aprobado por la dirección de obra, ya que debe comprobar que sus requisitos están adecuadamente recogidos en él, como ya prevé la norma ISO 9001 y el PMBOK. De nuevo, esto nos pide proactividad a los directores de obra.

… y para acabar de situarnos: ¡el Plan de Ejecución BIM forma parte del Plan de gestión de la obra, no lo suplanta, porque solo gestiona a información, no el resto de disciplinas!

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